Los niños son personajes interesantes. Un día sus aperitivos favoritos son los plátanos. Al día siguiente, lloran cuando les das uno porque no les gusta. Así que se los quitas para darles otra cosa, y se enfadan porque les has quitado la fruta. Aunque este tipo de situaciones forman parte integrante de la paternidad, aparte de las risas, en algunos casos puede preocuparte que tu hijo no quiera comer. ¿Cuáles son las causas más comunes de la pérdida de apetito en los niños? ¿Hay algo que pueda hacer para que quieran comer? Y, ¿cuándo es el momento de ir al médico?
7 causas comunes de la pérdida de apetito en los niños
Es normal que el apetito de los niños fluctúe. A veces, siempre están pidiendo bocadillos o preguntando cuándo está lista la cena. Otros días, no paran de apartar el plato. Las causas más frecuentes de que no quieran comer son:
- Sensibilidad alimentaria
- No se encuentra bien
- Estreñimiento
- Congestión
- Determinados medicamentos, especialmente antibióticos
- Enfermedad
- Depresión
6 consejos para aumentar el apetito de su hijo
1. Compra sus alimentos favoritos
Cuando haga la compra, compre cosas que sepa que a su hijo le encantan. Ya sean macarrones con queso al horno, burritos, brochetas de fruta o pan de mono, procura planificar comidas que a tu hijo le hagan ilusión.
2. Establezca horarios regulares para comer
Esto incluye tanto los tentempiés como las comidas. Asegúrate de que haga tres comidas y tres tentempiés a intervalos regulares, pero que los tentempiés no estén demasiado cerca de las comidas. Dicho esto, deja que tu hijo decida cuánto quiere comer. No le obligues.
3. No les ofrezca opciones alternativas
Es comprensible que les prepares otra cosa cuando no quieren comer lo que has preparado. Pero si lo haces en cada comida, no tendrán ningún incentivo para comer lo que tienen delante. Si ven que quizá tengan que irse a la cama con hambre, la cena que les sirvas les parecerá de repente mucho más apetitosa.
4. Fomentar la actividad física
A los niños les encanta jugar. Ya sea corriendo, saltando, bailando, nadando o jugando a las sillas musicales, hacer que se muevan acabará por aumentar el apetito de tu hijo. Esto se debe al elevado número de calorías que queman estas actividades. Si tu hijo va en silla de ruedas, busca actividades específicamente diseñadas para él.
5. Comer en la mesa
Anima a toda la familia a sentarse junta a la hora de comer. Les enseña que es hora de comer para todos y fomenta hábitos alimentarios sensatos. Además, garantiza la comunicación y el tiempo en familia. Haz que sea divertido para ellos, dejándoles elegir su plato y su taza, su asiento, y escuchando lo que tienen que decir.
6. Mantener alejadas las distracciones
Es tentador dejar que tus hijos jueguen con una tableta, vean la televisión o lleven sus juguetes a la mesa. Si tienen una manta de seguridad o un peluche sin el que no pueden vivir, deja que lo tengan a su lado. Pero otros tipos de distracciones les distraerán de la comida. Hazles saber que si quieren volver a la actividad que estaban haciendo, tendrán que comer primero y cumplir la norma.
Cuándo acudir al médico
Peca siempre de precavido. Llame al pediatra de su hijo si, además de no querer comer, experimenta alguno de los síntomas siguientes:
- Disminución de la energía
- Irritabilidad
- Llanto frecuente
- Dolor abdominal
- Vómitos
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Signos de reacción alérgica, como hinchazón de la cara, erupciones cutáneas o dificultad para respirar.
Aunque tu hijo no presente ningún síntoma de enfermedad o depresión, habla con su médico si lleva varios días negándose a comer nada. Un profesional de la salud puede ayudarle a averiguar si el problema tiene que ver con una afección médica o con algo más fácil de solucionar, como una aversión a determinadas texturas de los alimentos.
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