Viajar con niños es muy complicado, pero participar en una escapada con un niño autista o con problemas de integración sensorial puede ser agotador, abrumador e inductor de ansiedad. Trabajar con un terapeuta ocupacional pediátrico puede ayudarle a prepararse. A menudo, los niños con autismo o problemas de integración sensorial prosperan con la rutina, y aunque unas vacaciones suenan divertidas, pueden ser difíciles para su hijo que anhela las constantes que ama y conoce en casa. Afortunadamente, hay algunas cosas que puede hacer para facilitar el viaje tanto para usted como para su hijo, con la esperanza de que la experiencia sea agradable para todos.
7 consejos y trucos de viaje para padres de niños con sensibilidad sensorial
1. Llame antes
Aunque todos estamos acostumbrados a navegar por Internet en busca de información, todos los grandes proveedores de viajes cuentan con personas de contacto a las que puede llamar para obtener toda la información que necesita para sentirse seguro y cómodo mientras viaja con su hijo. Llame con antelación para averiguar cómo pueden adaptarse a las necesidades especiales de su hijo, así como qué pueden ofrecerle para que la experiencia sea más agradable. El conocimiento es poder, y armado con él, su viaje puede empezar con buen pie.
2. Aperitivos, aperitivos, aperitivos
Probablemente no hace falta decir que muchos niños se pueden tranquilizar y calmar con una merienda divertida o un dulce. Muchas veces, es difícil esperar a que llegue la comida, sobre todo si se trata de un niño con autismo que necesita la rutina de su merienda de las 10 de la mañana. Empaca todos los bocadillos que necesites, ¡y luego agrega algunos más!
3. Conozca su ruta
Los niños con autismo y problemas sensoriales no suelen ser capaces de improvisar; si sabes que tu hijo es así, estudia la ruta y planifícala en consecuencia. A muchos niños les cuesta estarse quietos durante mucho tiempo, así que haz todo lo posible para que pueda descansar y moverse. Si su hijo es exigente con la comida, llévele lo que necesite o infórmese de lo que hay por el camino para evitar crisis.
4. Hacer una bolsa de actividades
Tú eres quien mejor conoce a tu hijo: ¿qué le gusta hacer? Los viajes pueden hacerse largos para cualquier niño, así que preparar una bolsa con actividades que sabe que su hijo disfrutará puede hacer que el viaje pase volando. Ya sea un libro especial para colorear, una película en el iPad o un juego de cartas al que pueda jugar durante un buen rato, prepare la maleta con antelación para facilitar las cosas a todos.
5. Prever ruidos fuertes
Muchos niños autistas o con problemas de integración sensorial tienen dificultades con los ruidos fuertes o desconocidos. Unos auriculares con cancelación de ruido, música suave en un iPod o un programa de televisión favorito en un iPad hacen maravillas para difuminar el ruido de fondo y sustituirlo por sonidos familiares que distraigan a tu hijo.
6. Háblales de tu viaje y hazles saber lo que les espera
Viajar con niños autistas o con problemas sensoriales puede resultar difícil, porque la rutina típica de todos los días se ve alterada. Hable con su hijo sobre el próximo viaje y ayúdele a visualizarlo creando un tablero de cuentos o un libro para explicarle lo que va a ocurrir. Además, el juego de simulación es una forma estupenda de ayudar a un niño a comprender lo que le espera, así que no tenga miedo de representar diferentes situaciones con su pareja o un amigo para ayudarle a entender.
7. Seguir la corriente
Ni que decir tiene que viajar es una aventura, y hacerlo con niños con necesidades especiales quizá lo sea aún más. Planifica y prepara todo lo que puedas, pero ten en cuenta que habrá cosas que no salgan según lo previsto. No pasa nada. Sonríe, respira hondo y sabe que estás brindando a tu hijo una magnífica oportunidad de ver las cosas desde una perspectiva diferente.