Al igual que ocurre con otras cardiopatías congénitas, descubrir que a su hijo le han diagnosticado una válvula aórtica bicúspide trae muchos nuevos retos y ansiedades a su vida. Aunque puede ser un momento estresante, uno de los mejores primeros pasos que pueden dar los padres es aprender todo lo posible sobre esta enfermedad y las opciones de tratamiento y cuidados disponibles.
Hemos creado esta guía informativa para compartir información clave sobre la válvula aórtica bicúspide en los niños, incluidos el tratamiento y los cuidados a tener en cuenta, para que pueda implicarse al máximo en la salud y el bienestar de su pequeño.
¿Qué es una válvula aórtica bicúspide (VAB)?
La válvula aórtica bicúspide (VAB) es un defecto cardíaco congénito en el que la válvula aórtica sólo tiene dos cúspides, o es bicúspide, en lugar de las tres habituales. La válvula aórtica separa la cavidad inferior izquierda del corazón, denominada ventrículo izquierdo, de la aorta, que es la arteria principal del cuerpo. Las cúspides son pequeños trozos de tejido que se abren y cierran con cada latido del corazón, ayudando a garantizar un flujo sanguíneo adecuado.
El BAV puede afectar a la función cardiovascular y provocar problemas como el estrechamiento de la válvula aórtica, el reflujo de sangre hacia el corazón y el agrandamiento de la válvula aórtica. Aunque esta afección es grave y se asocia a un mayor riesgo de ciertas complicaciones, existen opciones de tratamiento y los niños que la padecen suelen tener un pronóstico positivo a largo plazo.
Válvula aórtica bicúspide Causas y factores de riesgo
Como cardiopatía congénita, la BAV se desarrolla debido a anomalías que se producen cuando los bebés aún están en el útero. Los médicos e investigadores aún están trabajando para comprender plenamente las causas de estas anomalías. Las causas subyacentes pueden incluir factores ambientales, genéticos y mutaciones espontáneas.
Los siguientes factores de riesgo aumentan las probabilidades de que los niños nazcan con BAV:
- Determinados medicamentos tomados por la madre durante el embarazo
- Fumar y/o consumir alcohol durante el embarazo
- Diabetes
- Antecedentes familiares de cardiopatías congénitas
- Antecedentes familiares de convulsiones y/o epilepsia
- Factores ambientales como la exposición a sustancias químicas o la mala calidad del aire
Síntomas de la válvula aórtica bicúspide en niños
En muchos casos, el BAV no se identifica hasta una edad más avanzada, pero en los casos más graves, los síntomas se identifican en lactantes y niños pequeños, entre otros:
- Crecimiento anormal y retrasado, especialmente debido a dificultades de alimentación
- Fatiga y falta de actividad
- Dificultad para respirar
- Sudando
Complicaciones de la válvula aórtica bicúspide
La BAV puede dar lugar a una serie de posibles complicaciones, como las siguientes afecciones cardiacas relacionadas:
- Estenosis de la válvula aórtica, que es una constricción de la válvula aórtica que inhibe el flujo sanguíneo.
- Regurgitación de la válvula aórtica, que es el reflujo de sangre hacia el corazón debido a que la válvula no cierra correctamente.
- Agrandamiento de la válvula aórtica, que se produce porque la aorta debe trabajar más
Debido a estos problemas, los niños con BAV se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir problemas de desarrollo, infecciones e incluso insuficiencia cardiaca congestiva. Identificar y tratar el BAV lo antes posible es la mejor forma de minimizar estos riesgos y promover el bienestar a largo plazo.
Cómo diagnosticar la válvula aórtica bicúspide
En algunas situaciones, el BAV se identifica antes del nacimiento durante pruebas rutinarias que incluyen una ecografía y va seguida de un ecocardiograma para confirmar el diagnóstico. Si un niño presenta signos de esta afección después de nacer, los médicos suelen diagnosticarla mediante una exploración física, pruebas de diagnóstico por imagen, como una tomografía computarizada (TC), y otras pruebas.
Opciones de tratamiento de la válvula aórtica bicúspide (VAB)
Los niños y las familias con BAV disponen de una serie de tratamientos para ayudar a controlar esta afección. Suelen ser necesarias visitas periódicas a un cardiólogo especializado en cardiología para controlar la enfermedad, detectar complicaciones y ayudar a determinar los pasos a seguir.
Aunque no existe medicación para tratar directamente la VAB, los casos menos graves pueden necesitar sólo tratamiento para problemas relacionados, como la hipertensión arterial. En la mayoría de los casos, está indicada la intervención quirúrgica para reparar o sustituir la válvula aórtica. Los enfoques específicos incluyen:
- Sustitución de la válvula aórtica, en la que el cirujano retira la válvula dañada y la sustituye por una válvula artificial o por una válvula fabricada con material de un donante.
- Cirugía de reparación aórtica, en la que los cirujanos retiran el material dañado y utilizan un tubo o injerto de sustitución para ayudar a que la válvula aórtica funcione correctamente.
- Valvoplastia con balón, que consiste en inflar un globo quirúrgico y un catéter para dilatar la válvula y favorecer un flujo sanguíneo adecuado, y luego retirarlo.
Cuidados de un niño con válvula aórtica bicúspide
Tras la intervención, los niños suelen necesitar cuidados y controles continuos, como citas periódicas y pruebas para asegurarse de que el corazón funciona correctamente. Los cambios de actividad, la prescripción de medicamentos y los dispositivos como los marcapasos suelen ser tratamientos recomendados para los niños con BAV y problemas cardiacos relacionados.
Hay muchas medidas que las familias pueden tomar para promover un desarrollo sano y un nivel de actividad más normal en los niños con esta afección. Para las necesidades mentales y emocionales, los grupos de apoyo y el asesoramiento pueden ser muy útiles. Algunas familias también recurren a servicios de salud pediátrica a domicilio, para que los niños con BAV puedan recibir atención y apoyo para esta afección.
Los profesionales sanitarios a domicilio pueden ayudar con la nutrición, la administración de medicamentos, los cuidados básicos de relevo, acompañar a su hijo a las citas y otras necesidades en función de sus necesidades específicas y su plan de cuidados.
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