Los juegos de mesa son un recurso espléndido para trabajar las mentes en desarrollo de los niños pequeños. Seguro que ha visto alguna vez a un terapeuta ocupacional o a un logopeda sentado frente a la mesa de una personita con un tablero de "Candyland" entre los dos. Esto se debe a que los juegos de mesa proporcionan un gran apoyo para el desarrollo de habilidades y un contexto a través del cual podemos proporcionar terapia. Veamos cómo podemos utilizar los juegos de mesa para mejorar el funcionamiento ejecutivo y la comunicación.
¿Qué es la función ejecutiva?
Si nuestros cerebros fueran barcos, las funciones ejecutivas serían sus capitanes. Este variado conjunto de capacidades incluye la memoria de trabajo (mantener una o más cosas en mente), la inhibición (seguir reglas) y la flexibilidad cognitiva (adaptarse a los cambios), entre muchas otras. Nuestra función ejecutiva es también el área de nuestro cerebro que más tarda en desarrollarse, ya que no termina hasta bien entrada la edad adulta.
Memoria de trabajo
Los preescolares pueden retener de 2 a 4 datos a la vez. Esto significa que algunos niños pueden necesitar un recordatorio visual de cómo es un turno (una tarjeta y luego una flecha para Candyland, por ejemplo). También podemos recordárselo verbalmente cuando olvide una regla. Los apoyos visuales son como ruedas de entrenamiento para jugar: protegen y se olvidan fácilmente en el momento, aunque siguen estando ahí como apoyo. Los recordatorios verbales son un ejercicio más agotador para ese "músculo" de la función ejecutiva, ya que requieren formular una petición de recordatorio, y olvidar una regla puede ser frustrante. Es una buena idea empezar con el recordatorio visual e ir utilizándolo menos a medida que se juega al mismo juego. Cuando se juega a un juego nuevo similar a otro conocido, basarse en comparaciones con el juego conocido puede ser una forma diferente de ruedas de entrenamiento.
Inhibición
Entre los 3 y los 4 años, la mayoría de los niños son capaces de turnarse, jugar en cooperación y seguir las reglas. Todas estas habilidades son fundamentales para jugar a juegos de mesa, por lo que es un buen momento para trabajar esos "músculos". Ese trabajo puede consistir en insistir en la importancia de respetar los turnos con recordatorios (cuando intentan golpear a otro cubito de hielo en No rompas el hielo, por ejemplo). También puede consistir en dar ejemplo verbalizando la decepción, pero tomando el turno con calma después de haber sacado una carta mala en Candyland. La cooperación no está presente en los juegos de mesa competitivos, pero puedes abordarla haciendo hincapié en la importancia de seguir jugando incluso cuando vas por detrás. La cooperación se demuestra jugando con otros en lugar de colaborando hacia un objetivo.
Flexibilidad cognitiva
Entre los 2 y los 5 años, los niños empezarán a aprender matices de las reglas según el contexto del lugar o de con quién estén. Una forma sencilla de ejercitar esta habilidad es jugar a varios juegos con reglas diferentes pero similares en cuanto al aspecto del tablero, por ejemplo, Candyland y Tira y Escala. Ambos tienen caminos en bucle con un punto de partida y un punto final claros. Sin embargo, las reglas para recorrer esos caminos son totalmente diferentes: uno se basa en una ruleta para determinar el número de casillas que se mueven y el otro utiliza cartas para desplazarse a un espacio correspondiente. Antes de empezar el juego, hablar de este tipo de diferencias puede preparar el cerebro de los niños para el cambio y prepararlo para un pensamiento flexible.
Comunicación
Los juegos de mesa son excelentes para trabajar el seguimiento de instrucciones, responder y hacer preguntas, y mucho más. Muchos de los primeros juegos de mesa consisten en un método arbitrario de moverse por el tablero (cartas, dados o ruletas) y no incorporan mucho uso del lenguaje. Esto significa que las oportunidades para practicar las habilidades comunicativas deben introducirse intencionadamente en el juego.
Preguntas
Entre los 3 y los 5 años, es probable que los niños sean capaces tanto de responder como de formular preguntas del tipo "quién", "qué", "dónde", "cuándo", "por qué" y el honorífico "cómo". Podemos trabajar esta habilidad mientras jugamos a juegos de mesa haciendo preguntas como "¿Dónde empezaste el último turno?" o "¿A quién le toca?". Los primeros juegos, como Adivina quién, también obligan a practicar las preguntas de una forma realmente maravillosa.
Describir
Entre los 2 y los 5 años, los niños empezarán a ser capaces de describir por el color y el tamaño, luego utilizarán más conceptos como la ubicación espacial (detrás, encima), y después empezarán a comparar entre dos objetos con la descripción. Podemos modelar estas habilidades describiendo verbalmente lo que estamos haciendo a lo largo del juego, como "me muevo hacia el cuadrado amarillo" o "estoy delante de ti". Adivina quién es también un bonito puente hacia el mundo de la descripción, ya que el juego consiste en hacer preguntas que utilizan un lenguaje descriptivo (bigote, pelo, sexo, etc.).
Sonidos del habla
Practicar los sonidos del habla mientras se juega a juegos de mesa suele utilizarse en logopedia. Si hay uno o dos sonidos que suponen un reto para tu hijo, puedes practicarlos en los juegos de mesa. Esto puede consistir en decir una palabra clave cinco veces antes de pasar al siguiente turno o decir la palabra clave en cada casilla en la que se mueva. Elegir sonidos y palabras puede ser complicado, así que no dudes en ponerte en contacto con nosotros si te preocupa cómo suena tu hijo y te ayudaremos.
El cerebro de los niños se desarrolla rápidamente, y los años preescolares son un periodo crítico de crecimiento. Debemos aprovechar todas las oportunidades que tengamos para ayudarles a trabajar la función ejecutiva y el lenguaje con el fin de reforzar ese desarrollo. En el contexto de los juegos de mesa, eso significa tener en cuenta su creciente pero fácilmente distraíble capacidad de atención, trabajar las primeras habilidades lingüísticas y ampliar sus habilidades para resolver problemas y seguir instrucciones. Se trata de un equilibrio delicado y divertido, que seguramente hará que la próxima partida de Candyland sea un poco más desafiante.