La aparición de un bulto en su hijo puede ser alarmante, pero la mayoría de los casos de hemangioma infantil no requieren tratamiento intensivo ni causan problemas a largo plazo. Para los casos que sí requieren más atención, existe una amplia gama de opciones terapéuticas y estrategias de manejo eficaces.
Sea cual sea la situación, sigue siendo importante comprender y vigilar un hemangioma si se desarrolla en su pequeño, y saber cómo responder si se requieren cuidados.
Para ayudar a aliviar la ansiedad y aumentar los conocimientos, nos complace compartir la siguiente información básica. Si comprende las causas, los síntomas, los tratamientos y las posibles necesidades de atención que conlleva el hemangioma infantil, podrá ser un cuidador más informado y capacitado.
¿Qué es el hemangioma infantil?
Un hemangioma infantil es un grupo de vasos sanguíneos que básicamente crecen como no deben y siguen multiplicándose. Como su nombre indica, estos crecimientos comienzan poco después del nacimiento, durante la infancia, y se desarrollan rápidamente durante los primeros cinco o seis meses de vida. Los hemangiomas infantiles afectan a entre el 4% y el 5% de los nacimientos.
Tipos de hemangioma infantil
Existen tres tipos principales de hemangioma infantil:
- Hemangioma superficial: También llamadas "marcas de nacimiento de fresa", crecen en la superficie de la piel y están ligeramente elevadas a la vez que tienen un aspecto rojo brillante
- Hemangioma profundo: Se desarrolla bajo la superficie de la piel y puede tener un aspecto azulado o incluso del color de la piel
- Hemangioma mixto: Se diagnostica cuando hay un hemangioma infantil superficial y otro profundo.
Fases del hemangioma infantil
El hemangioma infantil suele desarrollarse en fases. La primera es la fase de crecimiento temprano o proliferación durante los primeros meses, en la que el hemangioma alcanza aproximadamente el 80% de su tamaño total y tendrá un aspecto elevado. Al final de la infancia, normalmente alrededor del primer cumpleaños, comienza la fase de involución. Es entonces cuando el hemangioma deja de crecer y empieza a reducirse. Por último, el hemangioma debería remitir cuando el niño tiene unos cuatro años, aunque puede ser más o menos dependiendo de factores individuales.
Causas del hemangioma infantil
Se desconocen las causas de las marcas de nacimiento de los hemangiomas infantiles. Apenas existen pruebas que relacionen estos crecimientos con la genética, la dieta, los factores ambientales o el estilo de vida o el comportamiento de los padres. Se han identificado algunos factores de riesgo comunes, como ser ligeramente más frecuentes en niñas, nacimientos múltiples como gemelos o trillizos, bebés prematuros y niños caucásicos.
Síntomas del hemangioma infantil
En muchos casos, los hemangiomas no causan síntomas más allá del crecimiento visible y desaparecen sin tratamiento. Los síntomas pueden desarrollarse en algunas situaciones derivadas de los siguientes problemas:
- Úlceras o llagas que pueden provocar dolor y malestar
- Cicatrización
- Problemas de visión si el hemangioma se desarrolla cerca del ojo
- Problemas respiratorios si el crecimiento afecta a las vías respiratorias.
Complicaciones del hemangioma infantil
En raras ocasiones, el hemangioma infantil también puede asociarse a un síndrome de otras anomalías congénitas conocido como síndrome PHACE, o PHACES, por sus siglas en inglés:
- Fosa posterior: se refiere a anomalías cerebrales, especialmente en el cerebelo.
- Hemangioma
- Arteriao arterias anormales- a menudo en el cerebro, cuello, ojo o corazón
- Problemas cardíacos, en concreto coartación de aorta
- Problemas oculares
- Hendidura esternal- formación anormal del esternón
Si se desarrollan uno o más de estos problemas, puede requerir un diagnóstico y un tratamiento más intensivos. Es importante colaborar estrechamente con el médico para diagnosticar y controlar adecuadamente el hemangioma infantil, aunque se trate de un caso menos grave.
Diagnóstico del hemangioma infantil
En la mayoría de los casos, el hemangioma infantil se diagnostica a simple vista. Los hemangiomas de tejidos más profundos pueden requerir pasos diagnósticos adicionales mediante ecografía o resonancia magnética (RM). Si se detecta un hemangioma grande en la cabeza o el cuello, también puede recomendarse una evaluación adicional para diagnosticar una afección asociada al síndrome PHACE. Esto puede incluir un ecocardiograma, un equipo especializado de IRM, un examen oftalmológico y otros pasos.
Tratamiento del hemangioma infantil
Para los niños que requieren cuidados adicionales, los tratamientos pueden incluir intervención dermatológica, medicamentos como los betabloqueantes y, en raras ocasiones, cirugía para extirpar el crecimiento o el tejido cicatricial.
Cuidados de un niño con hemangioma infantil
Algunos niños con hemangioma infantil y/o síndrome PHACE tienen necesidades de cuidados adicionales, como dificultades para alimentarse, problemas para cambiar pañales, dificultades respiratorias, administración de medicamentos y discapacidades físicas. Un gran número de familias encuentran la ayuda que necesitan a través de los servicios pediátricos a domicilio, tanto si necesitan cuidados de relevo como una asistencia más amplia. Un profesional sanitario a domicilio experimentado y atento puede ayudar a su familia a equilibrar una agenda y un estilo de vida ajetreados proporcionando el nivel de atención y cuidados que su hijo necesita.
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