Consejos de nutrición para niños con síndrome de Down

Atención pediátrica a domicilio

Consejos de nutrición para niños con síndrome de Down

10 de abril de 2020

Por Care Options for Kids

Recibir cualquier tipo de diagnóstico médico para un hijo puede ser devastador. Al fin y al cabo, sean cuales sean las circunstancias de tu vida, quieres lo mejor para ellos. Así que, tras el shock inicial, empiezas a buscar información. ¿Qué significa todo esto? ¿Cómo afectará a la vida de tu hijo? ¿Qué puede hacer para que todo vaya mejor? En lo que se refiere al síndrome de Down, su hijo tiene muchas posibilidades de llevar una vida feliz, pero debe estar atento a su alimentación para prevenir complicaciones frecuentes, como diabetes, trastornos gastrointestinales, estreñimiento y obesidad.

¿Qué es el síndrome de Down?

Los bebés suelen nacer con 46 cromosomas. Los que nacen con síndrome de Down tienen una copia extra de uno de los cromosomas: el cromosoma 21. Esto afecta al desarrollo del cerebro y el cuerpo del bebé. Esto afecta al desarrollo del cerebro y el cuerpo del bebé, provocando a menudo problemas cognitivos y físicos.

La forma en que la enfermedad afecta a los niños varía de una persona a otra. Por lo general, tienen un coeficiente intelectual más bajo, aunque puede variar de leve a grave. Además, algunos individuos con síndrome de Down llevan una vida relativamente sana, mientras que otros experimentan problemas crónicos de salud.

Cómo afecta la nutrición a los niños con síndrome de Down

Las personas con síndrome de Down también tienen más probabilidades de ser obesas que otros miembros de la población. Esto se debe a que queman menos calorías que las personas que no padecen esta enfermedad. También tienen más probabilidades de desarrollar hipotiroidismo, que provoca aumento de peso. Y, con la obesidad, viene una larga serie de complicaciones relacionadas con la dieta. Por lo tanto, para garantizar la salud óptima de su hijo, es esencial tener en cuenta las opciones de nutrición.

5 consejos de nutrición para niños con síndrome de Down

1. Mantenga a su hijo hidratado

Los niños con síndrome de Down son propensos al estreñimiento. Si su hijo no se hidrata lo suficiente, su intestino grueso absorberá toda el agua de los alimentos mientras se digieren. Esto dificulta el paso de las heces. La ingesta diaria de agua recomendada para los niños varía en función de su edad. Hasta los ocho años, deben beber un litro de agua. Esa cantidad aumenta a 1,5 litros hasta los 12 años, y hasta dos litros cuando son adolescentes. Sin embargo, deben consumir más agua si hacen ejercicio o si hace calor.

Además de beber agua, los niños pueden mantenerse hidratados consumiendo frutas, sobre todo las que tienen un alto contenido en agua, como la sandía, la piña, las naranjas y las bayas. La fruta también puede ser una alternativa saludable a los tentempiés.

2. Come más fibra

Comer más fibra también disminuirá el riesgo de estreñimiento. Sin embargo, es fundamental prestar mucha atención a la cantidad de fibra que ingiere el niño, ya que una cantidad excesiva puede provocar diarrea. Por lo general, debería consumir unos 14 gramos por cada 1.000 calorías. Entre los alimentos con fibra se encuentran las manzanas, las bayas, los aguacates, las lentejas, los plátanos, la quinoa, la avena, las palomitas de maíz y los boniatos, por nombrar algunos.

Esté atento a los signos que indican que su hijo consume demasiada fibra, como dolor abdominal poco después de las comidas, hinchazón, gases, diarrea y carencias minerales. Si notas alguno de estos cambios, habla con el pediatra de tu hijo sobre la mejor manera de optimizar su dieta.

3. Evite las bebidas azucaradas

Los refrescos, las bebidas para deportistas, la leche con chocolate y los zumos de fruta contienen cantidades desorbitadas de azúcar, lo que facilita el aumento de peso y hace que su hijo sea más propenso a desarrollar diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiacas. Concretamente en los niños, el riesgo de padecer obesidad aumenta un 60% con cada bebida azucarada consumida a diario.

Es importante estar atento a la cantidad de azúcar que toma tu hijo, ya que las bebidas son la mayor fuente de azúcares añadidos en la dieta infantil. Por ejemplo, un vaso de zumo de frutas contiene 23 gramos de azúcar. Esto supone casi la ingesta diaria recomendada para una mujer adulta (siendo la ingesta diaria recomendada para los hombres adultos de 37,5 gramos). En su lugar, opta por agua con gas, agua infusionada con fruta, agua de coco y batidos caseros.

4. Evitar el gluten

Los niños con síndrome de Down tienen más probabilidades de desarrollar celiaquía, una intolerancia al gluten que hace que el sistema inmunitario ataque el intestino delgado. Como consecuencia, el revestimiento interno del intestino se inflama. Esto provoca mala absorción de nutrientes, hinchazón, fatiga y diarrea.

Una dieta sin gluten puede ser variada y satisfactoria. Incluye frutas, verduras, huevos, quinoa, arroz salvaje, alubias, legumbres, pescado, aves y cereales integrales, por nombrar algunos. Familiarízate con los alimentos básicos que tu hijo puede comer para que preparar recetas con ellos se convierta en algo natural.

5. Ser alentador

Los niños con síndrome de Down suelen tener dificultades para comer y beber debido a un bajo tono muscular, que también puede afectar a su cara. Muchos de ellos también tienen la boca más pequeña, la lengua más grande o el paladar más alto. Todas estas condiciones pueden hacer que coordinar los movimientos de la cuchara con los de la boca resulte frustrante. Reserva un rato para que toda la familia se siente junto a tu hijo, de modo que pueda mirar a todos y emularlos a su ritmo. Puede que tengas que guiar sus manos durante un rato.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que, a medida que aprendan a comer de forma independiente, derramarán líquidos con más frecuencia debido a su falta de coordinación. Para facilitarle el proceso, al principio proporciónale bebidas en vasos con tapa y luego haz que se siente erguido mientras toma bebidas de consistencia más espesa, como batidos o smoothies. Con el tiempo, superarán sus dificultades para comer y podrán disfrutar cómodamente de las comidas.

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