¡Es hora de estimular los sentidos! Si quieres ayudar a tu pequeño a gestionar sus necesidades sensoriales, estás en el lugar adecuado. Superar los problemas sensoriales no tiene por qué ser una lucha, ¡puede ser una explosión! En esta entrada del blog, exploraremos qué es una dieta sensorial, por qué es importante y algunos ejemplos fantásticos de dietas sensoriales para incluir en la rutina diaria de su hijo. Con estas fantásticas actividades sensoriales, tus hijos te pedirán repetir.
¿Qué es una dieta sensorial?
Una dieta sensorial es un plan personalizado de actividades sensoriales diseñado para ayudar a los niños con problemas de procesamiento sensorial a mantenerse concentrados, tranquilos y organizados a lo largo del día. Al igual que una dieta nutricional aporta nutrientes esenciales para el organismo, una dieta sensorial ofrece la información sensorial necesaria que ayuda a los niños a funcionar lo mejor posible. Estas actividades se adaptan a las necesidades específicas de cada niño, proporcionándole el tipo y la cantidad adecuados de estimulación sensorial. Las dietas sensoriales pueden incluir diversas actividades que estimulen distintos sentidos, como el tacto, el movimiento, la vista, el oído y el olfato. El concepto se desarrolló en terapia ocupacional para tratar los trastornos del procesamiento sensorial (TPS), una afección en la que el cerebro tiene problemas para recibir y responder a la información de los sentidos.
¿Por qué es importante una dieta sensorial?
Los niños con problemas de procesamiento sensorial pueden buscar o evitar los estímulos sensoriales, lo que afecta a su capacidad para concentrarse, aprender e interactuar con los demás. Una dieta sensorial proporciona el equilibrio adecuado de actividades para ayudar a regular el sistema sensorial, lo que mejora la atención, el comportamiento y la regulación emocional. He aquí algunas razones por las que una dieta sensorial es crucial:
- Mejora la concentración y la atención: Las actividades de dieta sensorial pueden ayudar a los niños a filtrar las distracciones y centrarse en las tareas.
- Mejora la regulación emocional: La información sensorial puede tener un efecto calmante o de alerta sobre el sistema nervioso.
- Favorece las interacciones sociales: Al ayudar a los niños a sentirse más regulados y cómodos en su cuerpo, una dieta sensorial puede mejorar su capacidad para participar en interacciones sociales.
- Fomenta la independencia: A medida que los niños aprenden a gestionar sus necesidades sensoriales, se vuelven más capaces de manejar las tareas cotidianas de forma independiente.
- Reduce los problemas de comportamiento: Muchos de los problemas de comportamiento de los niños con trastornos del procesamiento sensorial tienen su origen en necesidades sensoriales insatisfechas.
- Mejora el aprendizaje: Un sistema sensorial bien regulado es esencial para el aprendizaje. Las actividades de dieta sensorial pueden preparar el cerebro para la nueva información y ayudar a los niños a retener lo aprendido.
Incorporar una dieta sensorial a la rutina diaria de tu hijo puede marcar la diferencia en su capacidad para desenvolverse en su mundo sensorial. Estas actividades no solo son beneficiosas, ¡también pueden ser muy divertidas!
20 ejemplos de dieta sensorial
1. Oscilación
Columpiarse proporciona un excelente estímulo vestibular, que favorece el equilibrio y la coordinación. Instale un columpio en el jardín o vaya a un parque. Anime a su hijo a balancearse hacia delante y hacia atrás, de un lado a otro y con movimientos circulares. El movimiento rítmico puede calmarle y ayudarle a regular su sistema sensorial. Para añadir un reto más, intente que su hijo alcance objetos o lance una pelota mientras se columpia. Este es uno de los muchos ejemplos de dietas sensoriales que pueden resultar divertidas y beneficiosas.
2. Hora del trampolín
Saltar en una cama elástica es divertido y ofrece un importante estímulo propioceptivo, que puede ayudar a su hijo a sentirse más organizado y con los pies en la tierra. Si tiene una cama elástica pequeña en casa, supervise a su hijo mientras salta y ¡únase a la diversión! Esta actividad puede ser una forma excelente de que su hijo queme el exceso de energía y mejore su equilibrio y coordinación. Es otra tremenda actividad de dieta sensorial que puede integrarse fácilmente en el tiempo de juego.
3. Mantas lastradas
Las mantas con peso ejercen una presión profunda que puede ser increíblemente relajante y ayudar a conciliar el sueño. Elige una manta que equivalga aproximadamente al 10% del peso corporal de tu hijo. Utilícela en momentos tranquilos, como cuando lee un libro o ve una película, o como parte de la rutina de acostarse. La suave presión puede ayudar a tu hijo a sentirse más seguro y tranquilo. Incluir una manta con peso en su dieta sensorial puede aumentar el confort de su hijo.
4. Ejercicios con balón terapéutico
La pelota terapéutica es una herramienta versátil que proporciona información vestibular y propioceptiva. Pídale a su hijo que se siente sobre la pelota y la haga rebotar suavemente, que ruede hacia delante y hacia atrás o que se tumbe boca abajo y la pase por debajo de su cuerpo. Estas actividades pueden ayudar a mejorar la conciencia corporal y la coordinación, además de ser muy divertidas. Los ejercicios terapéuticos con balón ofrecen beneficios tanto físicos como sensoriales.
5. Carreras de obstáculos
Crear una carrera de obstáculos es una forma estupenda de proporcionar diversos estímulos sensoriales. Utiliza cojines, sillas, túneles y otros objetos domésticos para crear un camino que tu hijo pueda recorrer. Arrastrarse por debajo de las mesas, saltar por encima de los cojines y mantener el equilibrio sobre una superficie estrecha pueden ayudar a la planificación motriz, la coordinación y la integración sensorial. Las carreras de obstáculos son actividades sensoriales perfectas para una participación activa.
6. Papeleras sensoriales
Llene los cubos de arroz, alubias, arena u otros materiales con textura y esconda pequeños juguetes u objetos para que su hijo los encuentre. Esta actividad proporciona una rica estimulación táctil y puede ayudar a desarrollar la motricidad fina. Anime a su hijo a utilizar las manos para explorar las diferentes texturas y buscar los tesoros escondidos. Los cubos sensoriales son actividades clásicas de la dieta sensorial que ofrecen infinitas posibilidades de exploración.
7. Plastilina
Amasar, estirar y dar forma a la plastilina puede ser relajante y rico en sensaciones táctiles. Proporcione a su hijo diversas herramientas, como rodillos, cortapastas y cuchillos de plástico, para mejorar la experiencia. La resistencia de la plastilina ofrece un estímulo propioceptivo que puede ayudar a regular su sistema sensorial. Las actividades con plastilina son sencillas pero eficaces.
8. Juego con agua
Jugar con agua puede ser muy relajante y atractivo para los niños. Prepare una mesa de agua o utilice un recipiente grande lleno de agua y añada juguetes como tazas, cucharas y barquitos. Anime a su hijo a verter, salpicar y explorar el agua. Añadir burbujas o colorante alimentario puede hacer que esta actividad sea aún más emocionante.
9. Escuchar música
La música puede proporcionar un estímulo auditivo que ayuda a regular el estado de ánimo y la concentración. Cree una lista de reproducción con las canciones tranquilizadoras o rítmicas favoritas de su hijo y póngala durante los momentos de tranquilidad o las transiciones. Anime a su hijo a bailar, cantar o simplemente escuchar y relajarse. La música puede ser una poderosa herramienta de regulación emocional. Si incluye la música en su dieta sensorial, los ejemplos pueden mejorar la experiencia auditiva de su hijo.
10. Goma de mascar
Los chicles o los aperitivos crujientes, como las zanahorias, las manzanas o los pretzels, ofrecen un estímulo sensorial oral que puede calmar a algunos niños. Téngalos a mano cuando su hijo necesite concentrarse o calmarse. El acto de masticar puede proporcionar un estímulo propioceptivo a la mandíbula y ayudar a la autorregulación. Los chicles y los aperitivos crujientes son prácticos para los desplazamientos.
11. Abrazos de presión profunda
Darle abrazos firmes y de presión profunda puede ayudarle a sentirse seguro y arraigado. Este tipo de estímulo propioceptivo puede ser muy tranquilizador y suele denominarse "abrazo sensorial". Utilice estos abrazos durante las transiciones, después de una crisis o en cualquier momento en que su hijo necesite más consuelo. Los abrazos de presión profunda son cariñosos y fomentan la conexión y la regulación.
12. Jumping Jacks
Una ronda rápida de saltos de tijera puede proporcionar un estímulo propioceptivo y ayudar a regular la energía. Intente incorporar los saltos de tijera a la rutina diaria de su hijo, por ejemplo durante los descansos para hacer los deberes o antes de empezar una nueva actividad. Los saltos de tijera pueden integrarse fácilmente en la vida diaria.
13. Fidgets de mano
Los juguetes pequeños pueden ayudar a los niños a concentrarse proporcionándoles un estímulo sensorial constante y sutil. Los objetos como las pelotas antiestrés, los fidget spinners o los llaveros texturizados pueden guardarse en una mochila o un bolsillo para facilitar su acceso. Estas herramientas pueden ser especialmente útiles durante las tareas que requieren concentración, como las tareas escolares o los viajes en coche.
14. Protocolo de cepillado
Un cepillo sensorial sobre la piel puede proporcionar un estímulo táctil y ayudar a la regulación sensorial. Esta técnica, recomendada a menudo por terapeutas ocupacionales, consiste en cepillar los brazos, las piernas y la espalda del niño con un cepillo de cerdas suaves.
15. Junta de equilibrio
Mantenerse de pie sobre una tabla de equilibrio puede aumentar la información vestibular y mejorar el equilibrio. Haga que su hijo practique de pie sobre la tabla, balanceándose hacia delante y hacia atrás o incluso probando juegos sencillos como lanzar una pelota mientras se mantiene en equilibrio. Los ejercicios con la tabla de equilibrio son actividades de dieta sensorial atractivas que desarrollan las habilidades físicas.
16. Paseos por la naturaleza
Pasear por la naturaleza proporciona una gran variedad de estímulos sensoriales procedentes de distintos entornos y puede ser muy tranquilizador. Lleve a su hijo a pasear por un parque, un bosque o incluso por el vecindario. Anímele a fijarse en las distintas imágenes, sonidos y olores. Los paseos por la naturaleza ofrecen experiencias sensoriales holísticas.
17. Temporizadores visuales
El uso de temporizadores visuales puede ayudar a los niños a entender el tiempo y las transiciones, proporcionándoles un estímulo sensorial visual. Elige temporizadores con señales visuales claras, como los de arena o los digitales con cuenta atrás. Estas herramientas pueden ayudar a tu hijo a gestionar el tiempo de forma más eficaz y a reducir la ansiedad ante las transiciones.
18. Aromaterapia
Las fragancias agradables, como la lavanda, pueden proporcionar un estímulo olfativo que ayude a relajarse. Utiliza aceites esenciales o velas aromáticas para crear un ambiente relajante. También puedes incorporar plastilina perfumada o cubos sensoriales para añadir un elemento olfativo a los juegos.
19. Estiramiento
Unos sencillos ejercicios de estiramiento pueden proporcionar información propioceptiva y ayudar a tomar conciencia del cuerpo. Cree una rutina de estiramientos que incluya movimientos como alcanzar el cielo, tocarse los dedos de los pies y posturas suaves de yoga. Anima a tu hijo a estirarse por la mañana, antes de acostarse o siempre que necesite una actividad tranquilizadora.
20. Juego de burbujas
Soplar y reventar burbujas puede ser una forma divertida de proporcionar información visual y táctil. Utilice una varita de burbujas o una máquina de burbujas y anime a su hijo a perseguir y explotar las burbujas. Esta actividad puede ayudar a mejorar la coordinación mano-ojo y es una forma estupenda de entablar una interacción lúdica y sensorial.
Contamos con expertos en dietas sensoriales
¿Quiere que le ayudemos a preparar una dieta sensorial para su hijo? Si cree que su hijo podría beneficiarse de este tipo de actividades sensoriales, le pondremos en contacto con un terapeuta ocupacional pediátrico de Care Options for Kids. Ellos evaluarán las necesidades sensoriales únicas de su hijo y crearán un plan de dieta sensorial personalizado y divertido para impulsar su desarrollo. Una dieta sensorial bien diseñada puede traer mejoras notables, ayudando a su hijo a alcanzar su pleno potencial y disfrutar de sus actividades diarias. ¿Listo para ver prosperar a su hijo?
Programe hoy mismo la evaluación de los cuidados de su hijo
En Care Options for Kids, entendemos los desafíos únicos de cuidar a un niño con problemas de salud. Nuestro dedicado equipo de enfermeras pediátricas a domicilio está aquí para apoyar a su familia con una atención compasiva y experta adaptada a las necesidades de su hijo. Póngase en contacto con nosotros hoy para programar una evaluación y aprender cómo podemos ayudarle a navegar este viaje con confianza y cuidado.
Haga clic aquí para iniciar su viaje hacia una atención mejor.
Este artículo tiene únicamente fines educativos e informativos. Siempre debe hablar con su propio terapeuta antes de implementar esta información por su cuenta.