Ya esté relacionado con un defecto congénito o con una intervención quirúrgica, el síndrome del intestino corto en los lactantes es una afección que puede plantear una serie de preguntas sobre el tratamiento y los cuidados a los padres y las familias afectadas. Aunque el síndrome del intestino corto puede plantear importantes dificultades a la hora de satisfacer las necesidades alimentarias y nutricionales, esta afección suele ser manejable.
Este útil resumen comparte información importante sobre el síndrome del intestino corto, incluidas las causas, los síntomas y los tratamientos, para proporcionar a su hijo la mejor atención.
¿Qué es el síndrome del intestino corto?
El síndrome del intestino corto, o intestino corto, hace referencia a cualquier afección que provoque que el intestino delgado sea demasiado corto para absorber los nutrientes correctamente. Aunque se denomina intestino delgado, esta parte del aparato digestivo es en realidad muy larga. En un adulto, el intestino delgado mide una media de 22 pies.
La función del intestino delgado es absorber lentamente los nutrientes, como grasas, proteínas, azúcares y vitaminas, junto con el agua, después de que los alimentos salgan del estómago y antes de que entren en el intestino grueso. Cuando el intestino delgado es demasiado corto, los alimentos pasan demasiado deprisa y el organismo no puede absorber adecuadamente estos nutrientes esenciales.
Cómo afecta al organismo el síndrome del intestino corto
El síndrome del intestino corto puede tener un efecto negativo en el organismo, causando problemas digestivos, deshidratación y déficits nutricionales. Esto puede causar desnutrición, desequilibrios electrolíticos, pérdida de peso y problemas de desarrollo.
Causas del síndrome del intestino corto
El síndrome del intestino corto suele estar relacionado con una de las dos causas principales:
- Se ha extirpado parte del intestino delgado mediante cirugía: Afecciones como la enfermedad de Crohn, el cáncer, las lesiones y los coágulos sanguíneos arteriales pueden dañar el intestino delgado y requerir cirugía para extirparlo. A pesar de la necesidad de la cirugía, el intestino delgado más corto resultante puede provocar el síndrome del intestino corto.
- Defectos congénitos: Los bebés nacen con un intestino delgado más corto de lo normal o con una afección que lo daña, como la enfermedad de Hirschsprung, la atresia intestinal o la malrotación intestinal.
Cuando el síndrome del intestino corto está presente en los lactantes, puede deberse a un defecto congénito o a una urgencia que se desarrolla en el hospital.
Síntomas del síndrome del intestino corto
Los síntomas y signos más comunes del síndrome del intestino corto a los que hay que prestar atención incluyen:
- Deshidratación
- Diarrea y heces blandas
- Heces de composición grasa y maloliente
- Pérdida de peso o incapacidad para ganar peso en los lactantes.
- Malnutrición a pesar de la alimentación
- Fatiga
Complicaciones del síndrome del intestino corto
Si no se trata, las complicaciones del síndrome del intestino corto pueden incluir insuficiencia orgánica, incluida la insuficiencia renal debida al desequilibrio electrolítico, retraso del crecimiento y problemas de desarrollo. En los casos más graves, el síndrome del intestino corto puede ser mortal.
¿Cómo diagnostican los médicos el síndrome del intestino corto?
Si se presentan síntomas del síndrome del intestino corto, un médico puede tomar las siguientes medidas para confirmar la afección:
- Discusión de síntomas específicos y nivel de actividad
- Exploración física
- Revisión de la historia clínica y de los antecedentes médicos familiares
- Análisis de sangre y/o heces para medir los niveles de nutrientes
- Imágenes de diagnóstico para mostrar la longitud o el estado del intestino delgado, como radiografías con materiales de contraste, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM).
Una vez diagnosticado el síndrome del intestino corto en un lactante, los padres pueden colaborar con los profesionales sanitarios para elaborar un plan de tratamiento basado en la gravedad y el tipo de afección.
Tratamiento del síndrome del intestino corto
El tratamiento del síndrome del intestino corto en lactantes depende en gran medida de lo corto que sea el intestino delgado del paciente y del grado de deficiencia nutricional. En algunos casos, el intestino delgado puede adaptarse con el tiempo y absorber mejor los nutrientes. Sin embargo, los niños suelen necesitar un seguimiento a largo plazo para controlar su estado. A medida que los niños crecen, pueden necesitar suplementos nutricionales o tener ciertos requisitos dietéticos.
Los tratamientos para el síndrome del intestino corto en lactantes incluyen:
- Nutrición parenteral parcial o total, que consiste en suministrar nutrición básica o suplementaria por vía intravenosa.
- Nutrición enteral, que consiste en proporcionar nutrición básica o suplementaria a través de una sonda de alimentación.
- Medicamentos para tratar los síntomas o mejorar la digestión
- Cirugía para mejorar la función intestinal o aumentar la longitud intestinal
Cuidar a un niño con síndrome de intestino corto
Al igual que otras afecciones, los bebés con síndrome del intestino corto se benefician de entornos tranquilos y afectuosos. Los bebés necesitan descansar mucho y mantenerse lo más activos posible. Hable con su pediatra sobre cualquier preocupación y siga todas las instrucciones y planes de cuidados, incluidos los cuidados postoperatorios, si su hijo ha sido sometido a una intervención quirúrgica.
Para muchas familias, los servicios sanitarios pediátricos a domicilio son cruciales en cada etapa del tratamiento del síndrome del intestino corto. Desde la administración de la medicación hasta la asistencia en la alimentación, pasando por el acompañamiento del niño a las citas de seguimiento, una enfermera pediátrica a domicilio cualificada (RN) o una enfermera práctica licenciada (LPN) pueden proporcionar los cuidados que su pequeño se merece.
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