Cuando un paciente se convierte en familia

Cuidados de enfermería, terapia pediátrica

Cuando un paciente se convierte en familia

29 de febrero de 2020

Por Care Options for Kids

Enid Braxton es enfermera desde 2001, carrera que eligió cuando aún era una niña que crecía en Inglaterra. Ha trabajado en residencias de ancianos, hospicios y atención pediátrica. En 2017, le asignaron ayudar a cuidar a un niño pequeño no verbal con discapacidades cognitivas. Su cliente no puede hablar, pero se comunica a diario con Enid y han creado un vínculo especial. Enid describe sus experiencias con él.

"Es mi único paciente desde hace tres años", explica sobre sus turnos de 12 horas. "Desde que le conocí, nos hemos llevado espléndidamente. Es una de las cosas que más me gustan de ser enfermera: aprender a leer a los pacientes."

Los problemas de salud de su cliente le obligan a tomar medicación a diario, a alimentarse por sonda nasogástrica y a desplazarse en silla de ruedas. Enid se ocupa de todos estos aspectos médicos del cuidado a domicilio, pero también se asegura de que se divierta.

"Tiene una personalidad muy divertida. Le encanta ver programas sobre animales en National Geographic. Cada vez que sale un elefante o una cebra, le digo el nombre del animal y me mira embelesado".

También ha aprendido a comunicarse con Enid a través de la mirada y el lenguaje corporal. Por ejemplo, si habla demasiado, le lanza una mirada de "¿te vas a callar alguna vez?", que la hace reír a carcajadas. "Y un par de veces, le he hablado con aliento a café y me ha girado la cabeza. No me miraba hasta que me tomaba un Tic Tac", cuenta riendo.

A pesar de sus limitaciones en el habla y la movilidad, suele estar de buen humor. Le encanta escuchar música: Justin Timberlake y Jay-Z son algunos de sus favoritos. Pero su canción favorita es siempre Thriller, de Michael Jackson. "Cada vez que le pongo esa canción, empieza a moverse y a agitar los brazos en el aire mientras intenta bailar. Es muy divertido. Me hace reír muchísimo".

Cuando se le pregunta por qué se dedicó a la enfermería, Enid vuelve a ponerse seria. "Es un privilegio poder cuidar a los niños, a cualquiera en realidad. En todos los años que he cuidado a pacientes, los he tratado exactamente como me gustaría que alguien tratara a mis seres queridos. Es muy importante hacerles sentir que estás ahí, que te importan y que están seguros".

Al comparar el trabajo de cuidadora en un hospital con el de cuidadora a domicilio, Enid explica que cuidar a una persona en su casa le permite prestar a sus pacientes toda su atención. "Me encanta el aspecto individual. En las residencias de ancianos y de enfermos terminales, a veces me sentía desconsolada porque no tenía tiempo suficiente para dedicar a cada paciente, ya que eran muchos", recuerda. "Ahora puedo dedicar toda mi atención a mi cliente. Sabe que estoy aquí, que me preocupo de verdad por él y que tengo tiempo para dedicarle a su medicación, sus comidas y sus momentos de diversión. Y sinceramente, a estas alturas, es como mi quinto nieto. No soy sólo su enfermera. Soy su nana".

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