La encefalopatía hipóxica isquémica es una urgencia médica. Si su bebé presenta algún síntoma de esta afección, debe recibir atención médica inmediata.
Aunque se trata de un diagnóstico muy grave, la encefalopatía isquémica hipóxica también se puede tratar con cuidados de apoyo inmediatos. Diagnosticar y tratar esta afección lo antes posible es fundamental para evitar complicaciones graves y posibles daños cerebrales a largo plazo.
Esta guía le ayudará a comprender mejor la encefalopatía hipóxica del lactante, incluidas las causas principales, los síntomas a los que debe estar atento, las opciones de tratamiento y la forma en que los padres y cuidadores pueden satisfacer las necesidades de atención continuada. Queremos ayudar a las familias y cuidadores a tomar decisiones informadas para la mejor salud y bienestar de todos los implicados.
¿Qué es la encefalopatía hipóxica isquémica (HIE) en los bebés?
La encefalopatía hipóxica isquémica (HIE) en bebés se produce cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno y sangre antes o justo después del nacimiento. Esto puede provocar lesiones cerebrales anóxicas o daños cerebrales y, en los casos más graves, poner en peligro la vida del bebé. Las lesiones cerebrales anóxicas se producen cuando se priva al cerebro de oxígeno. La HIE puede desarrollarse durante el embarazo, el parto o justo después del nacimiento.
La HIE afecta al sistema nervioso central. Los bebés diagnosticados con esta enfermedad tienen un alto riesgo de sufrir problemas neurológicos y de desarrollo.
¿Qué causa la HIE en los bebés?
Son muchas las causas que pueden privar al cerebro de oxígeno y provocar HIE en los bebés. Los principales factores de riesgo pueden ser infecciones durante el embarazo, complicaciones durante el parto, parto prolongado, problemas del cordón umbilical, hipertensión materna e incapacidad de la placenta para aportar nutrientes.
No todos los casos de HIE en bebés tienen una causa única y clara. En muchas situaciones, puede ser difícil para los médicos determinar la causa exacta de la enfermedad. A menudo puede deberse a una combinación de factores ambientales y hereditarios en lugar de a una causa primaria.
Síntomas de la HIE
Los síntomas de HIE en bebés a los que hay que prestar atención incluyen:
- Falta de interés o dificultad para alimentarse
- Respiración dificultosa
- Ritmo cardíaco lento
- Dificultad para oír
- Convulsiones
- Bajo tono muscular
- Falta de reflejos
- Disminución de los niveles de conciencia
En los casos más graves, la HIE en los bebés puede provocar un fallo orgánico o la muerte. Por eso es tan importante identificar, diagnosticar y tratar esta enfermedad lo antes posible una vez detectados los síntomas y los factores de riesgo.
Diagnóstico de la HIE
La HIE suele detectarse y sospecharse poco después del nacimiento por la aparición de síntomas. Para confirmar el diagnóstico, en los primeros días de vida los profesionales suelen realizar uno o varios de los siguientes pasos diagnósticos:
- Electroencefalografía (EEG) para comprobar la actividad cerebral
- Análisis de sangre
- Muestreo y análisis del líquido cefalorraquídeo de la columna lumbar
- Pruebas del cordón umbilical y la placenta
- Ecografía de la cabeza, o ecografía craneal (HUS)
- Estudios de imagen cerebral, incluida la resonancia magnética (RM)
A veces, la enfermedad no se diagnostica hasta más tarde, cuando aparecen complicaciones y problemas de desarrollo. Cuanto antes se inicie el tratamiento, mejores serán los resultados a largo plazo.
Opciones de tratamiento de la HIE en bebés
El tratamiento de la HIE suele consistir en cuidados de apoyo iniciales, como asistencia respiratoria con ventilador, control de la tensión arterial y tratamiento de las convulsiones. Otra opción en algunos casos es la hipotermia terapéutica, que consiste en enfriar la temperatura corporal para limitar los daños cerebrales. La hipotermia terapéutica está reconocida como segura y utiliza una máquina y una manta refrigerante para enfriar el cuerpo y reducir el riesgo de lesiones cerebrales y problemas de desarrollo a largo plazo.
Los bebés con HIE necesitan a menudo rehabilitación para ayudarles a recuperar sus funciones y alcanzar hitos críticos en su desarrollo.
Cuidados de un bebé con HIE
Los padres y cuidadores deben planificar una estrecha colaboración con un equipo de profesionales, que incluya neonatólogos, neurólogos y terapeutas de rehabilitación. Estos equipos asistenciales ayudan a los bebés a recibir los mejores cuidados para su diagnóstico. Los padres y familiares también deben recibir apoyo emocional y asesoramiento para afrontar los retos de cuidar a un bebé con HIE.
A medida que los bebés crecen, seguirán necesitando cuidados y apoyo integrales. Muchas familias que padecen HIE recurren a los servicios de atención pediátrica a domicilio. Las enfermeras pediátricas a domicilio o las enfermeras diplomadas pueden ofrecer planes de cuidados personalizados que se adapten a las necesidades de cualquier familia y niño. Esto incluye apoyo nutricional, ayuda con los ejercicios de rehabilitación y una amplia gama de otros servicios.
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