Crystal Lytle trabajaba como enfermera en un centro de asistencia. Hace cinco años, decidió cambiar de camino para convertirse en cuidadora pediátrica. Desde abril de 2018, ayuda a los padres del bebé A a cuidarlo.
A Baby A le diagnosticaron varias cardiopatías cuando sólo tenía dos meses y, a los 14, ya ha sido operado del corazón. Sería fácil suponer que, debido a sus circunstancias, estaría sometido, pero nada más lejos de la realidad.
"Le encanta jugar al cucú", explica Crystal. "Y le encanta tirar juguetes desde la cuna porque le hace gracia que los adultos se agachen para cogerlos. Se queda ahí de pie y se ríe", cuenta entre risas.
Disfruta cuidando bebés porque siente que iluminan una habitación. También entiende que los padres quieren participar en el cuidado de su bebé; simplemente a veces necesitan un poco de ayuda.
"El bebé A tiene un hermano de tres años que también tiene problemas de salud, así que su madre está muy ocupada. Yo estoy en su casa mientras está su madre, así que ella centrará la mayor parte de su atención en su hijo pequeño y yo en el bebé A. También me quedo en casa con él cuando sus padres tienen que hacer recados, lo que les facilita un poco esa tarea".
A pesar de los juegos y las risitas, Crystal se ha enfrentado a algunas circunstancias alarmantes. "Hace unos días, estaba jugando en su cuna, sentado de espaldas a mí, cuando me di cuenta de que se le había salido la traqueotomía. Puede respirar sin ella, pero le estresa el corazón, así que lo cogí inmediatamente y se la arreglé. Me dio miedo, pero también me alegro de haber estado allí y de haber podido reaccionar rápidamente en una situación así", cuenta. "Volvió a jugar como si no hubiera pasado nada".
También le encanta ver cómo el bebé A aprende cosas nuevas cada día. "Hay varias enfermeras que rotan por turnos y él sabe distinguir quién es quién, lo cual es encantador. Una de las enfermeras le está enseñando el lenguaje de signos, ¡y la verdad es que lo aprende bastante bien!".
También comparte una de sus historias favoritas como cuidadora: "Hace varias semanas, el hermano de Baby A tuvo que ser hospitalizado durante dos semanas. Cuando su madre lo trajo a casa, en cuanto Bebé A vio a su hermano mayor, rompió a sonreír y empezó a agitar las manos". Se emociona al recordar aquel día. "Contar esta historia no le hace justicia. Había que estar allí. Nunca le había visto tan emocionado. Fue un momento tan dulce, casi sobrecogedor".
A pesar de las condiciones de salud del bebé A, Crystal está muy contenta de informar de que el pronóstico es bueno. Sus médicos confían en que, con el tiempo, dejará de necesitar monitorización constante, una traqueotomía o un tubo en J.
"Algunas personas piensan que cuidar bebés es duro o que es una situación triste, pero yo no estoy de acuerdo. Creo que es alegre. Estos niños necesitan lo mismo que el resto de nosotros. Sólo necesitan amor".