Sherri Friscia, cuidadora de Care Options for Kids, tiene una experiencia impresionante: Ha trabajado como técnica de aviones de combate para las Fuerzas Aéreas y como enfermera quirúrgica. Pero ha sido su trabajo con Care Options for Kids Health Care lo que le ha permitido conectar plenamente con los pacientes pediátricos, algo que la llena cada día.
"He estado cuidando a Baby T. durante unos seis meses". Ha estado trabajando con él a diario en turnos de doce horas, y está completamente encantada con él.
Bebé T tiene necesidades especiales, tiene una traqueotomía y necesita el apoyo de un ventilador las 24 horas del día, los 7 días de la semana. En un día normal, Sherri llega a casa del bebé a las 7 de la mañana y se asegura de que todos sus medicamentos estén en orden.
"Tengo que tener mucho cuidado cuando lo muevo, porque es muy frágil". A pesar de su estado de salud, a Baby T le encanta jugar. "Le enseño a soplar besos y le canto canciones locas todo el tiempo. Se ríe mucho. Le encanta".
También empieza a darse la vuelta solo. "Eso es muy importante, ya que pasó los primeros 8 meses de su vida hospitalizado. Está aprendiendo a agarrar cosas. Le encanta morderme los dedos. Le hace mucha gracia", se ríe.
A pesar de la relación fácil y amistosa que ha desarrollado con Baby T, es muy consciente de que tiene que estar en alerta máxima en todo momento: Debido a sus problemas de salud, podría sufrir una crisis en cualquier momento, así que se asegura de hacer una evaluación cada día cuando se presenta a su turno. "Hay que estar preparado para las emergencias y conocer el equipo".
Cuando se le pregunta por qué decidió dedicarse profesionalmente a la atención sanitaria a domicilio, la respuesta no se hace esperar: "Antes era enfermera quirúrgica, lo cual es muy satisfactorio. Pero aunque la cirugía es fantástica, después no puedes ver al paciente. Quería ver cómo evolucionaban y marcar una diferencia a largo plazo en sus vidas".
También le encanta demostrar que la gente se equivoca. "El desarrollo de Baby T ha sido muy retrasado, porque es un niño con necesidades especiales. Pero ha aprendido mucho en el poco tiempo que llevo cuidándole. Le siento y él baja sus manitas para equilibrarse. Imita algunos de los sonidos que hago y sabe que tiene que mantener la calma cuando le succiono el orificio de la traqueotomía. Se agarra a mi mano y me mira fijamente a los ojos. Pero no se mueve. Cuando terminamos, patalea y se ríe".
También sabe que ser cuidadora pediátrica de niños frágiles requiere muchos conocimientos especializados y paciencia. "No hay muchas enfermeras que hagan este tipo de trabajo, porque es una gran responsabilidad. Puede dar miedo, pero me encanta; y Baby T sabe que me preocupo. Los niños saben si estamos ahí porque tenemos que estar o porque queremos".
También está convencida de que su disciplina militar y su experiencia como enfermera quirúrgica la prepararon para este papel. "No sé si podría estar haciendo esto sin esa formación".
Es muy consciente de que puede ser difícil trabajar en pediatría, pero aun así le encanta su trabajo.
"Me encanta ayudar a estos bebés. Aunque solo aprendan a sonreír, sabes que has hecho algo bueno".