Si preguntáramos a cualquier persona en estos tiempos ilustrados cuáles son los principales riesgos de padecer una cardiopatía, sería capaz de enumerar los principales culpables: hipertensión, diabetes, niveles altos de colesterol, antecedentes familiares, sexo y tabaquismo. La mayoría de la gente no sabe que también existen factores de riesgo secundarios.
Se ha investigado mucho en este campo y se han escrito muchos artículos. Comentaremos brevemente algunos términos que le ayudarán a comprender algunos de los factores de riesgo secundarios de las enfermedades cardiacas.
Factores secundarios de riesgo de cardiopatías
Cuando va al laboratorio y le extraen sangre para un análisis de colesterol, ¿sabe qué es lo que realmente se analiza? Es mucho más que simplemente su nivel de colesterol: en realidad le están analizando los niveles de colesterol total, LDL, HDL y triglicéridos. Cuanto más alto sea el colesterol, más probabilidades hay de que se acumule placa en los vasos sanguíneos. En la actualidad existen intervenciones dirigidas a estas moléculas productoras de placa.
La homocisteína es un aminoácido natural. Los aminoácidos son los componentes básicos de las proteínas. Cuando nuestro cuerpo tiene demasiada homocisteína, corremos un mayor riesgo de sufrir derrames cerebrales y enfermedades cardiacas. Se trata de tener demasiado de algo bueno. ¿Cuáles son las causas del aumento de los niveles de homocisteína? La edad, las enfermedades renales y los desequilibrios hormonales son algunas de las causas de este fenómeno.
El fibrinógeno proporciona un importante efecto de coagulación de la sangre que es esencial para la cicatrización si se tiene un corte; sin embargo, cuando los niveles son elevados, puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. Las mujeres son especialmente propensas a esto a medida que pasan por la menopausia y comienzan a disminuir los niveles de estrógeno. Esta disminución de estrógenos puede hacer que aumenten sus niveles de fibrinógeno, incrementando así el riesgo cardíaco.
Es importante mantener equilibrados los niveles de hierro. El hierro es esencial para la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. Unos niveles bajos de hierro pueden causar anemia (pérdida o infraproducción de glóbulos rojos), mientras que un exceso de hierro puede aumentar el riesgo de cardiopatías. Los niveles de hierro pueden fluctuar por la ingesta dietética y también como resultado de los cambios hormonales debidos al proceso de envejecimiento.
La PCR es un análisis de sangre conocido como proteína C reactiva. Es un marcador de inflamación en el organismo. Las investigaciones han demostrado que las personas con niveles elevados de PCR tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
Prevención de las cardiopatías
La prevención y el conocimiento son dos claves importantes para desvelar los secretos de la disminución de esta enfermedad.
Sabemos que las cardiopatías tienen múltiples facetas y afectan a miles de pacientes cada año. La investigación médica sobre el tratamiento de las cardiopatías ha reducido el número de personas que mueren por eventos coronarios. Pero miles de personas siguen padeciendo cardiopatías cada año.
¿Cómo puede averiguar cuál es su riesgo de padecer una cardiopatía? Pida a su médico de cabecera que le remita a un especialista en metabolismo de su zona. Es posible que su médico de cabecera ya tenga formación especializada en medicina metabólica y pueda hablar con usted sobre cómo influye el proceso de envejecimiento en estos factores de riesgo concretos. La prevención es la mejor manera de reducir el riesgo y ayudar a mantener la vitalidad y la salud.
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